¿Cuál es el tratamiento de las enfermedades alérgicas?
Las enfermedades alérgicas tienen diferentes formas de tratamiento. En todas es recomendable evitar la exposición a las sustancias que las producen, llamadas alergenos. Por ejemplo, un paciente que se ha confirmado que es alérgico a la penicilina debe evitar en forma absoluta el uso de ese medicamento a futuro. En las personas alérgicas a alimentos (leche, huevo, mariscos, etc), el tratamiento preventivo es evitar comerlos. Algunos pacientes con asma y con rinitis alérgica con hipersensibilidad o alergia a los ácaros del polvo casero, cucarachas, pólenes, hongos, que no respondan adecuadamente a las medidas de control ambiental y a los medicamentos y con repercusión considerable en su calidad de vida, son candidatos para recibir vacunas antialérgicas o inmunoterapia con alergenos (ITA), lo mismo que los casos de alergia a veneno de insectos (abejas, avispas, etc).
¿Cómo puedo saber si mi hijo tiene una enfermedad alérgica?
El diagnóstico de una enfermedad alérgica se establece en forma clínica. Sobre todo cuando los síntomas se relacionan en forma directa a la exposición a alergenos. Veamos algunos ejemplos. Las más frecuentes son las enfermedades alérgicas respiratorias, que tienen una presentación repetitiva o recurrente. En la rinitis alérgica, es característico que haya estornudos múltiples (en salva), secreción nasal, comezón de la nariz, la garganta o los ojos, o nariz tapada tras unos minutos de exponerse al polvo casero, caspa de animales, pólenes, etc. Un paciente con asma alérgica puede tener dificultad respiratoria o sensación de “ahogo”, silbido del pecho y tos, al estar en ambientes con los alergenos antes mencionados. Cuando los síntomas de un paciente son sugestivos de una enfermedad alérgica, un médico especialista y certificado en Alergología debe verificar mediante pruebas cutáneas, u otros métodos de laboratorio, si existe una respuesta alérgica a determinados alergenos. En el caso de las pruebas cutáneas, que se aplican en el consultorio y prácticamente carecen de riesgos, en menos de treinta minutos se pueden identificar los alergenos responsables. Debemos recordar que más de 80% de los niños asmáticos tiene, entre otras causas, una alergia respiratoria asociada. Si se confirma que el niño tiene una alergia asociada, y su médico alergólogo recomienda el tratamiento con vacunas antialérgicas o ITA, e informa de sus beneficios y riesgos, es un requisito que los padres o tutores del paciente autoricen mediante consentimiento informado el inicio del tratamiento.
¿En qué consiste el tratamiento de vacunas antialérgicas o ITA?
Las vacunas antialérgicas se empezaron a utilizar desde hace 95 años en Inglaterra, para el tratamiento de la rinitis alérgica. Desde entonces se ha demostrado que es un procedimiento eficaz, con mecanismos inmunitarios que inducen el cambio de una respuesta de hipersensibilidad, a otra de tolerancia (mediante la producción de anticuerpos “bloqueadores” y linfocitos TH1 “no alérgicos”), lo cual se asocia a la mejoría clínica de los pacientes, y permite reducir el uso de medicamentos por periodos prolongados y evita el desarrollo de nuevas alergias o enfermedades alérgicas. La Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce la eficacia del procedimiento y lo recomienda para el tratamiento de algunas enfermedades alérgicas, siempre y cuando sea aplicado por médicos especialistas alergólogos.
Las vacunas antialérgicas o ITA se aplican a largo plazo con el fin de inducir tolerancia alergénica y de esta manera evitar o reducir significativamente los síntomas tras exponerse a los alergenos responsables de la enfermedad alérgica. Durante el tratamiento los pacientes reciben al inicio cantidades muy pequeñas de los extractos alergénicos, que se incrementan en forma gradual, durante una fase de acumulación (usualmente 2 veces por semana), que puede durar algunos meses. En la fase de mantenimiento se aplica la cantidad máxima de alergenos, con dosis administradas en periodos cada vez más separados (semanal, quincenal, mensual), hasta por un tiempo promedio de 3 años, según lo indique el médico.
Los beneficios de la ITA pueden observarse desde las primeras semanas o meses de tratamiento, con la reducción de los síntomas y el menor uso de medicamentos. Algunos investigadores mencionan que los efectos de la ITA pueden persistir toda la vida.
¿Cuáles son los tipos de vacunas antialérgicas disponibles?
En la actualidad se prefieren dos vías para aplicar las vacunas antialérgicas, la subcutánea y la sublingual. Durante varias décadas se han intentado otros métodos, como la inhalación nasal y la bronquial, la aplicación conjuntival, la ingesta de cápsulas con alergenos, que no han demostrado ser mejores que las vías subcutánea y sublingual.
La vía subcutánea es el método con la mayor eficacia probada en la actualidad, según múltiples estudios en diferentes países. Su vía de administración, mediante inyecciones subcutáneas, puede resultar muy molesta para algunos pacientes, sobre todo en los niños pequeños y al inicio del tratamiento. También puede causar reacciones locales (inflamación, comezón, enrojecimiento y calor), que se controlan con antihistamínicos y la aplicación local de compresas frías o hielo. Es raro que se produzcan reacciones sistémicas con la aplicación de la vacuna (ronchas, dificultad respiratoria, sibilancias del pecho, caída de la presión arterial, pérdida de la conciencia), que requieren tratamiento médico de urgencia. En cualquier caso es recomendable que la vacuna se aplique en el consultorio del médico tratante o en alguna clínica, bajo supervisión médica y observación por al menos 30 minutos después de su inyección. Siempre que el paciente presente alguna reacción con la vacuna debe comunicarlo inmediatamente a su médico tratante.
La vía sublingual se utiliza desde hace casi 20 años, sobre todo en países europeos. Diversos estudios han mostrado su eficacia y sus efectos sobre el sistema inmunitario. La OMS recomienda que se hagan estudios adicionales. Aún es controversial su dosificación. El niño recibe la vacuna debajo de la lengua y la mantiene ahí durante unos dos minutos, para después deglutirla. Este método es más aceptado por los pacientes pequeños y sus padres ya que no es doloroso y tiene baja probabilidad de causar reacciones adversas. Tiene como desventaja que se debe aplicar inicialmente todos los días, lo que puede disminuir su cumplimiento o apego. Su periodo de aplicación es similar al de la vía subcutánea, en promedio 3 años.
El Colegio Mexicano de Pediatras Especialistas en Inmunología y Alergia leorientará y responderá mediante correo electrónico (EMAIL DEL COLEGIO)
ante cualquier duda que tenga acerca del tratamiento con vacunas antialérgicas. También le recomienda que para obtener los mejores beneficios en la atención de enfermedades inmunoalérgicas de sus hijos acuda con médicos certificados en Alergia e Inmunología Clínica.